Todo vuelve



Vuelve el público visitante: la fiesta podrá ser completa.

Así como "todo pasa", parece que "todo vuelve". O por lo menos lo que vuelve es la presencia de público visitante en las divisiones que hace 4 años tenían prohibida esa posibilidad. Y lo que tras ello se hace evidente es que sólo la presencia de un grande en una de esas categorías pudo modificar la agenda de los dinosaurios que dirigen nuestro fútbol. Como suele decirse, no hay mal que por bien no venga.

Porque la decisión facilista de erradicar la violencia entre hinchas prohibiendo la presencia de estos, sucumbió ante la realidad y el poder de movilización de uno de los pocos "grandes" del país, River Plate. Entonces, ante la demanda, la presión y los intereses -principalmente económicos de recaudar por medio de ellos- se llegó a borrar con el codo, esta vez acertadamente, una locura digna de nuestra dirigencia.

Porque totalmente diferente es la restricción de público como sanción a los destrozos que, por ejemplo, lastimaron al Monumental, que la prohibición masiva aunque en exclusivas divisionales del público visitante para evitar posibles enfrentamientos. Porque, apelando a otro dicho popular, no acabaremos con la rabia matando perros.

Ahora la tarea para el hogar les queda a algunos. A quienes deban reacondicionar sus estadios para poder cumplir los requisitos solicitados para recibir visitas; a quienes deben planear y ejecutar los operativos que nos brinden seguridad; y a quienes siguen conviviendo y apañando a los barras consiguiéndoles micros, entradas y viáticos para la excursión. Mientras tanto, se dio un paso hacia adelante.