viernes, 27 de mayo de 2011

Canciones de cancha desubicadas 2

Será que los partidos que estoy viendo son muy aburridos, o tal vez será la falta de intereses que viene sufriendo el equipo de mis amores, pero, con una mano en el corazón, les digo que no he podido quitar mis oídos de la maravillosa música del fútbol. Así llegué a descubrir 3 breves pero profundas nuevas canciones flotando en el éter de una cancha, las cuales describo a continuación.

Che pibe, vení, cantá

Me suelen retumbar mucho esos cánticos que no sólo le exigen un “esfuerzo extra” a los jugadores, sino también a la propia hinchada. Dentro de este rubro musical me crucé con uno que me insita a saltar y a agitar el brazo diestro, ambas cosas al unísono, comprobando así que el mismo cumple su principal función. Dale gaaaaaas…


Capas lo tengan en la memoria por haberlo usado para el pogo en algún cumple de 15, o conserven como yo la imagen algo descolorida de un recital en Feliz Domingo, pero el estribillo “y ahora, y ahora, se me hunde la canoa” fue la única frase que nos quedó de aquella banda que lideró el hermano de Manuel Wirtz, Daniel, a la cual bautizó “La sonora de Bruno Alberto”.

Tribunas para adentro, esta agrupación que nos salpicó su alegría y sus letras con doble sentido en los comienzos de los años 90, tuvo su merecida repercusión. Hoy en día esta alegre melodía suele colorear algunas tardes no muy afortunadas con la siguiente invitación: “y griten / cagones / si quieren salir campeones”. Nada más emotivo que arengarse a uno mismo, no?

Salvajismo romántico

No tan eufórica como la anterior, la siguiente canción nos brinda un hermoso contraste fruto de una laboriosa adaptación al ámbito tribunero: una bella poesía que funde dentro de un mismo párrafo la belleza del atardecer con la burda amenaza arrabalera. Todo un “puema” como suelen decir…


Afortunada la musa que poseyó la mente de aquel hincha que, en un acto de romanticismo salvaje –o de salvajismo romántico-, decidió tomar este pegadizo estribillo para amedrentar no sólo a sus rivales sino también a la fuerza pública. Debió haber mezclado más de un conjuro para derivar esta melancólica letra de Roque Narvaja, gran compositor argento, creador de la mítica banda La Joven Guardia, en esto que paso a transcribir: “Es una tarde de sol / no se la vaya a perder / River va a correr / la Yuta también”.

Más brebajes habrá mezclado el hincha que me crucé alguna vez, que, con el afán de respetar el sentido de la prosa utilizada, olvidó que el partido de su equipo cerraba la fecha cuando ya el sol vespertino le había cedido paso a la luna, y sin pudor en sus mejillas –y para deleite de los presentes- enarboló el canto: “Es una "noche" de soool…”. Qué se le va a hacer? Uno no puede estar en todos los detalles…

De fiesta con el arquero

Y por último traigo un hallazgo digno de quedar en los anales de las canciones de cancha. No por la letra tribunera, que es casi tan conocida como el añejo “vamos vamos argentina”, sino por el verdadero tema que escuché hasta el hartazgo, jarra en mano, en más de una despedida de año a través de un cassette de “Grandes Éxitos” que mi tío religiosamente conservaba. Esa letra original es, como menos, imperdible! Poné play.


Mientras dejo pasar el trencito para no manotear a la tía, les comento que este tema interpretado aquí por El Cuarteto Imperial, le pertenece al grupo español Fórmula V, creador de varios hits en los 70 que llegaron a nuestro país de la mano de artistas locales o latinos. “La fiesta de Blas” surgió exactamente en 1974 y, aunque no se sabe con certeza en qué momento llegó a una cancha, puedo decir que forma parte del folclore futbolístico nacional a la hora de incomodar al arquero rival.

La melodía te lleva sola, no hace falta mucho esfuerzo ni concentración. Mirá fijo al guardavallas, andá estirando tu índice para señalarlo –por si queda alguna duda a quién va dedicada esta canción- y entoná lo siguiente: “Que lo vengan a ver / que lo vengan a ver / eso no es un arquero / es una pu** de cabaret”. Díganme la verdad: si no fuese por la palabrota del medio sería digna de enarbolarla en el mismísimo trencito tras las ancas de la tía.


Como les anticipé en mi preludio, los temas son de pocas palabras pero de mensajes directos, y con la característica de tener un origen bastante desconocido para el humano medio, cuestión que mi gran equipo de producción logró eludir para ganarse la comisión del caso. Así mismo promete conseguir más hits de cancha cueste lo que cueste, ya que Mayo trae 31 días y las cuentas se vencen quieran o no.

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