domingo, 29 de mayo de 2011

La magia del automovilismo

Los segundos serán los primeros.
Una persona que no está en la movida no lo podrá entender, y eso será totalmente entendible. "¿Cómo que ahora ganó? ¿No era que había perdido?" son expresiones típicas de algún incrédulo tras el repentino vuelco de un fallo final. Inevitablemente hay que estar en el "run run" para comprender sin enfados que el que ganó en la pista pase a ser el perdedor tras un negativo control técnico.

De ahí mi confusión de domingo, mi descontento pasajero, mi frustración tras irme del autódromo con un segundo puesto de Guillermo Ortelli y enterarme, ya muy lejos del podio y de su religiosa ceremonia, que pasó a ser el ganador tras una contravención técnica del antes número 1, Gabriel Ponce de León.

Sí, finalmente valió la pena todo lo sufrido: el frío soportado, las horas no dormidas, el mix de drogas legales y sánguches suculentos para combatir la inercia, el silencio sobre los cánticos victoriosos del que al final no ganó, etc. Sin embargo, y no saliendo de mi ingenua confusión, no dejo de preguntarme si esto es otra muestra de la afortunadamente conocida magia el automovilismo. Sinceramente, creo que si.

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