Jugando en el chiquero

Si estas manos hablaran...

Lamentablemente tuvo que reaccionar un grande para generar semejante alboroto. Sabemos contra nuestra voluntad que nuestro arbitraje está muy lejos de aquella antigua falacia que lo encasillaba entre los "mejores del mundo". Y eso no lo descubrimos sólo porque Lousteau no sancionó 2 penales "castrilliescos" en la Bombonera, sino todo lo contrario. El hecho puntual es que tras esta situación, a un grande le saltó la térmica y pegó el grito en el cielo -o mejor dicho, le gritó al Dios-.

De allí resulta todo lo que vivimos en estos pocos pero arduos días: unos pocos peleándole a Grondona, Grondona tirando más barro al chiquero, jugadores que cuestionan árbitros, árbitros que no sancionan -o que sancionan mal, que es peor-, ex árbitros que lamentan haber aceptado coimas, el Tribunal que anula sanciones excepcionales, Maradona con ganas de tomar la AFA, clubes parásitos que envían solicitadas a los matutinos, el Gobierno que se cruza de vereda, el bendito Fútbol para Todos y la mal parida Copa Argentina.

Sepan disculpar si meto todo esto en la misma bolsa, pero todas y cada una de estas cuestiones forman parte del mismo manejo irracional, de la inexistente planificación a medio o largo plazo, del viejo y no querido "pan y circo". Una por una aportan su cuota al gran colapso futbolístico. Pero "todo pasa" -con su permiso señor-, pasan las fechas y los torneos, los horrores arbitrales, la violencia y sus muertes en las canchas, las designaciones a dedo, los favores a los clubes, los votos a favor del "siga siga", la venta de humo en cadena nacional. Tampoco es para dramatizar tanto, no? No olvidemos que es sólo un deporte.