La pena embarga hoy a muchos hinchas de Boca. La floreciente época de logros, el retorno a los primeros planos locales e internacionales, los números que vuelven a cerrar… todo esto se ve sacudido ante la magnitud de la última noticia: renunció Falcioni.
Pero no termina siendo esta la noticia más lamentada en el mundo xeneize, ni tampoco la ardua discusión desatada en el vestuario tras empatar pobremente en el debut copero, ni las nuevas sospechas sobre la personalidad de Riquelme, ni los supuestas acusaciones del DT hacia su número 10. Lo peor de este embrollo es que Boca Juniors, uno de los mejores equipos del mundo, el rey de copas, vuelve a ser noticia por un quilombo.
Por eso lamento mucho este nuevo tropezón de mi equipo, esta nueva disputa de poderes, autoridades y egos, este nuevo enfrentamiento extra futbolístico. Lo lamento con el alma bostera que me acompaña desde que nací porque sé que pase lo que pase, digan lo que digan, el único perjudicado aquí será Boca. Por eso deseo que, antes de actuar, recuerden muchachos que “esto es Boca”.
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