Las tribunas pintadas con fuego. |
Vale aclarar que la situación que produjo tal cantidad de víctimas fatales fue diferente: los hinchas del equipo local invadieron el campo para agredir a los jugadores del equipo rival, el Al Masri, lo que desencadenó la reacción de los visitantes y la consecuente batalla campal dentro y fuera del verde césped. Según informaron las autoridades del hospital central de Port Said la cifra de heridos supera los 300 y la mayoría de los decesos fueron ocasionados por asfixia y por fracturas graves.
Pese a lo imaginado, las imágenes no mostraron tanta agresividad de los violentos ni mucha efusividad de los efectivos de seguridad, aunque sí reflejaron el caos y el descontrol que se vivió en el estadio entero. Por tales características del hecho, el argentino Oscar Elizondo, ayudante de campo del equipo local, dijo que “esto tiene un tinte político”. “Lo más grave fue la inacción de la policía, no deben haber detenido a nadie... es una vergüenza” agregó quien logró escapar de lugar en un camión blindado.
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