Quisiera recalcar que los senadores y diputados acaban de aumentarse un 100% sus salarios, mientras los maestros pujan por llegar a los $3 mil de sueldo básico –dinero que cobro yo sólo por estar sentado en un mostrador 8 horas-.
Quisiera no olvidar que el vicepresidente y sus amigos están involucrados en un negocio multimillonario sobre la impresión de moneda corriente, y también que el jefe de gobierno y su equipo poseen una causa abierta por escuchas ilegales.
Quisiera hacer notar que la mejor redistribución de las riquezas es un simple y conocido aumento generalizado y que la tarjeta SUBE me la tendré que guardar bien guardada en cuestión de semanas porque ya no me mantendrá el subsidio simplemente porque no soy jubilado ni cobro un plan social.
Quisiera seguir repudiando la represión de algunos gobiernos para con las protestas contra la minería a cielo abierto en Catamarca, en La Rioja o en donde sea, mientras se cobijan bajo el manto de una orden judicial de desalojo y una ideología nacional anti militar.
Quisiera hablar de eso y de mucho más, y no de un aniversario de una guerra absurda y perdida, de un príncipe en viaje de estudios, de colonialismo, de Cameron y de Sean Penn. Quisiera, y como tengo mi propio espacio para hacerlo, lo hago.
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