Es muy llamativo repasar la cartelera actual de este monumento nacional, creado en 1931 por José Lectoure e Ismael Pace. La cantidad de recitales que ofrece es igual de abultada que la variedad de ritmos y de artistas que se presentan en él. De este modo, en los últimos años sólo algunas actividades deportivas han logrado sobrevivir a la invasión musical que se viene registrando en la esquina porteña de Corrientes y Bouchard.
El Luna en épocas de Monzón. |
Sin embargo, los años han pasado y las reglas han cambiado. La normativa porteña que limita la realización de recitales al aire libre en zonas urbanas debido a su impacto ambiental le ha abierto más la puerta para que sea la opción más elegida por los artistas. Los números que arrojan las estadísticas de los últimos 5 años nos muestran que el estadio ha acogido a más de 3,5 millones de espectadores bajo su techo.
El palacio saturado de música. |
Las ofertas fueron de las más variadas: clásicas estrellas internacionales como Abba, Bryan Adams, Liza Minelli, B. B. King, Creedence y Génesis; consagradas voces de habla hispana como Raphael, Julio Iglesias, Marco Antonio Solís, José Luis Rodríguez y Rubén Blades; grandes ídolos nacionales como Charly García, Pimpinella, Fito Páez, Andrés Calamaro, Palito Ortega, Los Fabulosos Cadillacs y Rodrigo; y revelaciones como Calle 13, Las Pastillas del Abuelo, el Chaqueño Palavecino, Wisin & Yandel, Cielo Razzo y Julieta Venegas.
Entre tanta música sólo rescatamos no más de 15 eventos deportivos en este último lustro. Si bien el ring side continúa siendo la estrella del Palacio, a falta de eventos boxísticos es utilizado también para combates de Kick Boxing. Luego el cuadrilátero le cede el lugar al parqué y las redes para que se realice religiosamente la Liga Mundial de Vóley y, de vez en vez, algunos torneos cortos de Básquet o Handball. Para completar la escasa oferta deportiva nombramos las presentaciones del ShowBall de Maradona y la Copa de tenis Guillermo Vilas.
Con los números sobre la mesa no queda mucho más por decir, más que aclarar que es ley natural saber adaptarse a los cambios y a las épocas. Aquella, con personajes únicos de diversos ámbitos, fue una época dorada de un país diferente; esta época actual, con sus nuevas reglas y sus nuevas predilecciones populares, será, por lo que nos muestra, la que mueva al Luna Park al ritmo de la música.
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