Los segundos serán los primeros. |
De ahí mi confusión de domingo, mi descontento pasajero, mi frustración tras irme del autódromo con un segundo puesto de Guillermo Ortelli y enterarme, ya muy lejos del podio y de su religiosa ceremonia, que pasó a ser el ganador tras una contravención técnica del antes número 1, Gabriel Ponce de León.
Sí, finalmente valió la pena todo lo sufrido: el frío soportado, las horas no dormidas, el mix de drogas legales y sánguches suculentos para combatir la inercia, el silencio sobre los cánticos victoriosos del que al final no ganó, etc. Sin embargo, y no saliendo de mi ingenua confusión, no dejo de preguntarme si esto es otra muestra de la afortunadamente conocida magia el automovilismo. Sinceramente, creo que si.
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