Anoche volvió la alegría televisiva de mi vieja, volvió Susana Giménez. Y volvió como siempre: con sus musicales, con sus frases fuera de guión, con sus invitados, con su escritorio adornado por Rita Haywort, etc. Y con ella volvió el entretenimiento que faltaba fuera de los programas de resúmenes.
No se si podrá darle un tono demasiado variado a su nuevo ciclo -ya ha perdido mi confianza hace un tiempo- pero lo que es seguro es que mi madre tendrá derecho a no pestañear ante cada pregunta al invitado de turno o ante los halagos telefónicos de algún ganador del sorteo cotidiano de la diva. Con tan sólo este regreso, puedo decir que mi madre está feliz!
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