¿De la escuela Carussiana? |
Ni Agustín Orión ni nadie puede dudar de la validez de la reiteración de la falta, ya que en esa cuarta ejecución y en las anteriores el arquero pincha se había adelantado algunos pasitos antes del remate. Al contrario de los otros a los que erró la elección del palo, a este tiro Agustín lo atajó… pero estando en infracción. Entonces, a llorar a la Iglesia.
Entendible es el reproche del DT Eduardo Berizzo cuando dice que “ni el línea lo cobra” y apunta que “supuestamente para eso está él”. Pero eso no quita que el árbitro Oscar Ruíz, siendo la máxima autoridad para cobrar o no una infracción, decida volver a ejecutar el tiro desde los 12 pasos porque entendió que el portero sobrepasó la línea de meta. Así “Toto” finalmente le pifia cuando dice “nos perjudicaron”.
Entonces, es el arquero primeramente quien tiene que acatar la decisión arbitral, porque él más que nadie conoce sus derechos y obligaciones a la hora de atajar un penal. En segundo lugar, el entrenador debe dar el ejemplo y no convalidar la infracción de su dirigido para excusarse del triste final. Esto es simple y es claro, tanto como el Don Pirulero. A hacerse cargo muchachos!
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