Martín anunciando su fiesta. |
Fuera de las preguntas de protocolo, había una se caía de madura: la invitación a su fiesta de Juan Román Riquelme. “Sólo invité a mis verdaderos amigos […] no teníamos una buena relación” selló la pregunta Martín, aunque comentó la incómoda situación que se vivía en el vestuario con su presencia: “Había compañeros que se sentían reprimidos, no sabían a quién acercarse”.
También como coletazo de alguna repregunta, le tocó el turno al ex presidente Jorge Amor Ameal, también excluido del partido despedida. “Nunca me dijo porqué no bajó a darme la plaqueta (en su último partido como profesional). Me hubiera gustado porque era el presidente del club”. Con simpleza y altura el goleador pudo dejar en el camino algunas piedras que fue encontrando en la charla.
Pero no todas fueron pálidas. Al contrario, se encargó de recalcar que su despedida iba a ser también “la de muchos amigos y compañeros que no tuvieron la oportunidad de retirarse bien del club”, llámense Barros Schelotto, Abbondanzieri o Bianchi. Ellos formarán parte de los más de 50 invitados entre los que estarán también Juan Sebastián Verón, Carlos Tevez, Ariel Ortega, Diego Maradona y, por supuesto, su hijo Ryduan, a quien tendrá en cuenta para cederle un penal sobre la hora.
Sin dudas el de ayer fue un Palermo auténtico como siempre y sin presiones como nunca. Su estado actual de “retirado” le otorgó otro papel en esta historia, sin tantos cuidados a la hora de contar situaciones o definir relaciones. Quizá sea esto lo que le faltaba para redondear su imagen de “titán” incluso fuera de la cancha.
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