Los barras a las corridas y sillazos dentro del Htal. Santojanni. |
A mediados del año pasado el Gobierno Nacional decidió retirar la custodia policial de todos los edificios públicos porteños con el objetivo de “aumentar la presencia policial en las calles”. Ante ese marco, los gobernantes de la Ciudad Autónoma decidieron contratar seguridad privada ya que, acusaron, “no hay ninguna posibilidad de cubrir los puestos por la cantidad de efectivos necesarios (de la Metropolitana)” –unos 600 para hospitales y otros 400 para escuelas según informaron desde esa fuerza-.
Lo penoso e indignante es que dentro de este conflicto quedamos nosotros, como siempre. Quedan los médicos, con sus sueldos mediocres y su exposición diaria al delito. Quedan los pacientes, con el miedo de ingresar por una afección y salir con un balazo en el pecho. Quedamos todos, llenos de comprobantes de impuestos pagos y vacíos de un derecho constitucional, la seguridad, que una vez más ha sido pisoteado.
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