La historia contemporánea de Famatina ya tiene demasiado: suelos ricos en oro y demás metales preciosos, una mega empresa dispuesta a extraerlos bajo cualquier método –incluso armando listas negras con sus opositores-,
un tipo que en campaña electoral se opuso a la minería a cielo abierto y que al asumir la gobernación se desdijo misteriosamente, un país que se va interiorizando de la problemática del pueblo riojano gracias a marchas y notas periodísticas,
un terrible silencio de parte del gobierno nacional, etcétera.
Famatina tiene demasiado, no hacía falta cargarle un peso más. Esta vez fue la
TV Pública y Oficialista la que generó que se vuelva a hablar de ella, pero en malos modos. Porque mientras el folklorista
Raly Barrionuevo presentaba ayer en Cosquín su música con imágenes de paisajes y mensajes referidos a la actual situación del pueblo riojano,
la tele salió del aire levantando sospechas de censura.
Las imágenes, sólo retratadas por fotos de algunos presentes en el Festival, mostraban carteles que rezaban
“El Famatina no se toca”, pero en esos momentos el Canal 7 salió a la pausa comercial. Tal situación no sólo fue percatada por los televidentes, sino que también por el hermano del músico santiagueño, quien lo alertó previo a brindar la conferencia de prensa.
“Era más que obvio, son señales de para dónde está yendo la cosa” declaró Raly tras las solicitudes de los medios allí apostados.
Más allá de las acusaciones y las defensas del caso, de las interpretaciones propias y de la buena voluntad de no creer en malas leches,
el caso no hace más que ensuciar aún más el panorama de Famatina. Porque si bien, escuchar nombrarla es una señal que saber que está viva, menciones como esta no le generan demasiado beneficio.
Ojala pronto la sintamos nombrar para anunciar el triunfo de su pueblo sobre la corrupción y la codicia empresarial y política.
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