A partir de hoy, y luego de la publicación a través del Boletín Oficial, la batuta del papel de diario la maneja el inefable Guillermo Moreno. Será él el encargado de limitar la importación del principal insumo de los medios gráficos, y a la vez el único que podrá “multar” a la empresa Papel Prensa en caso que, para su delicado entender, infrinja las reglas.
Ahora sí la prensa escrita está colgando en sus manos. En las manos de un desequilibrado que se calza los guantes de box para evitar una votación de socios, que no tiene otro modo de comunicación que el apriete y los gritos, que dibuja números en su propio INDEC y que multa a quienes informan los datos que él tapa.
Nada ni nadie me puede exigir que confíe en su metodología de trabajo, escrachada hasta en cámaras no ocultas. Nada ni nadie me puede negar que este tipo, propietario de un poder cada vez más amplio, carece de capacidad para tomar decisiones imparciales, honestas, democráticas, y que por tales motivos no puede sobrellevar tales obligaciones. Ahora sí, Moreno, estamos en tus manos.
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