Mi vieja mula ya no es lo que era. |
Podría decir entonces, continuando con la alusión musical, que a Juan José López “ahora lo llaman malvón”. Los que ayer fueron triunfos ajustados, casi deslucidos para el paladar negro millonario, pero que dejaban 3 valiosos puntos para liderar la primera parte del torneo, hoy se convirtieron en pálidos empates -o en derrotas en el peor de los casos-, sin muestras de superioridad aunque más no sea en la intención, con escaséz de ideas grupales y grandes flaquezas en el rendimiento individual de sus pilares.
River hoy juega la promoción por primera vez en su historia, y ese daño ya está hecho. Lo que venga de aquí en más será obra y gracia del destino, pero también de lo que River haga en 180 minutos. Y eso dependerá del mensaje de Jey Jey, de la premisa que su equipo ponga en prioridad: la mesquindad que determina la difícil situación y el saber que un solo error puede generar aún más caos, o la confianza de saberse más grande, más experimentado y aún más importante que su rival de turno. De creerse margarita o continuar siendo malvón.
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