El panel por la Capital en 2009. |
Lo que no entienden, o no quieren entender, es que eso que llaman “debate” se parece más bien a una burda lección oral sobre lo que el pueblo quiere escuchar. Frases armadas y mal leídas hasta con sus comillas y paréntesis, promesas banas sobre cuestiones sociales a las que nunca les han prestado ni le prestarán atención, una cronometrada descripción de lo que podríamos ser pero que no lo seremos aunque los votemos, un discurso acotado en vivo por sus asesores de imagen y oratoria que muy poco deben saber de política, etcétera. “Palabras, palabras, palabras” pero muy poco de debate.
Tengo en la memoria varios capítulos de ellos, muchos con los mismos personajes, las mismas caras de buenos amigos –y a veces con carita de lástima-, y la verdad muy pocos me arrojaron con claridad algún objetivo y sus métodos para lograrlo. Por eso la mueca de risa me sale sola al ver y escuchar tanto alboroto por un “debate” si al final lo que menos se cruzan allí son las diferentes opiniones. Para evitar los roces de campaña podrían grabar cada uno su mensaje y acercárnoslo por mail, así lo vemos cuando tengamos un tiempito de saber por qué lado nos pretenden garcar, no?
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