La historia ya no es la misma. Algo pasó, algo se quebró, algo ha cambiado.
La selección argentina de fútbol no encanta, no llama, no transmite. Por lo menos en el estadio que más veces la vio jugar, el Antonio Vespucio Liberti, más conocido como El Monumental de Núñez. Allí no sólo repitió una actuación decepcionante, dándole a su par de Bolivia el primer empate de la historia en estas tierras, sino que también
volvió a sentir el frío apoyo de su gente, su indiferencia y hasta su bronca.
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El tamaño imponente del Monumental acentúa los espacios vacíos. |
Las apenas
25.000 personas que se acercaron ayer al estadio marcaron la realidad de este equipo que rebalsa de nombres y de Euros, pero que escasea de resultados y de feelling. Un territorio acostumbrado a albergar a casi el doble de espectadores vestidos de celeste y blanco fue, como en la anterior presentación ante Chile,
una triste imagen de decadencia y soledad. Si bien el día y el horario en ambas oportunidades no eran los mejores para concurrir a ver fútbol, no deja de sorprender la cantidad de vacíos que mostró la casa millonaria.
Serán los resultados? Será el juego? Serán los porteños? Lo cierto es que la AFA planea realizar los próximos encuentros del seleccionado en sedes del interior del país como las de Córdoba, Mendoza, Santa Fe y La Plata, las que fueron utilizadas y colmadas para la reciente edición de la Copa América. Así entonces se despidió el Monumental de su visita ilustre, al menos por un tiempo: con una severa silbatina, insultos y muchos reproches. El tiempo y los rendimientos dirán cuando será el día del retorno a casa.
Por ahora, está todo muy frío.
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