Al diablo con el diablo

Cabeza gacha se fue Ramón.

La caldera del diablo entró anoche en ebullición. La cuarta caída consecutiva en este Clausura fueron demasiado para los hinchas de Independiente, pero lo fueron mucho más para su técnico. Ramón Díaz renunció a su cargo en el vestuario y admitió que el mal andar de su equipo fue “pura y exclusiva culpa mía”.

Mientras la nueva dirigencia intenta sola combatir a los barras enraizados en el club, los “hinchas comunes” atestaron de silbidos y reprobación a los jugadores que anoche defendieron sus colores sin encontrar más que un gol que le evite conseguir un nuevo récord de minutos sin convertir. Sólo Eduardo Tuzzio recibió el cariño de la gente en una noche cargada de reproches.

Así la paciencia de los rojos se fue al diablo, como también se fueron las ilusiones de los que ubicaban a Independiente entre los firmes candidatos al título. Los 3 goles que Argentinos le propinó anoche adelantaron el pedido del regreso de uno de los DT más añorados por su gente: Rubén Gallego. Sólo su incorporación parece vislumbrar un nuevo horizonte para el rojo de Avellaneda, que queda haciendo cola en la tabla de posiciones y hundiéndose de a poco en la de los promedios.