Otro gasto para todos

El TC tendrá otras cámaras.

El Gobierno Nacional planea hacerse cargo de las transmisiones televisivas del Turismo Carretera, TC Mouras, TC Pista y Turismo Nacional, luego que la ACTC rescindiera el contrato con la productora Carburando. Para ello destinará unos $380 millones por un contrato de 4 años. Por tal motivo, y procurando esquivar prejuicios y análisis en caliente, yo me pregunto: ¿Qué puede buscar el Gobierno en las televisaciones de las categorías más populares del automovilismo nacional?

En primer término, publicidad masiva. Es simple: las emisiones del Fútbol para Todos se han convertido en muy poco tiempo en exaltaciones del mandato kirchnerista, en un atosigamiento repetitivo y sistemático de gestiones de gobierno, en una trinchera estatal para disparar contra sus “enemigos” –sean multimedios, petroleras o partidos políticos-. Con tal experiencia pueden imaginarse las imágenes que se vienen.

En segundo orden, venganza: quitarle otro negocio de las manos a Clarín y a Canal 13. Tal como ocurrió con el fútbol, los principales damnificados por el traspaso de derechos fue el Grupo Noble. Según denunció Alberto Marina, gerente general de Carburando, “el contrato que estaba firmado hasta 2015 ha sido rescindido de forma unilateral e intempestiva, con una supuesta causa de falta de pago”. dicen que la sorpresa es la principal cualidad del ataque.

Como contrapartida, puedo suponer que el único objetivo productivo imaginable será brindarle la televisación de estas competencias a un mayor grupo de argentinos a través de la televisión pública, la misma que desde el año pasado se hizo cargo del fútbol. Sin embargo, según números brindados por estas televisoras, el canal estatal cuenta con 20 millones de televidentes en todo el país, mientras que sólo en Capital y alrededores el Canal 13 alcanza a unos 13 millones, y otros 19 millones del interior son abastecidos por la señal de TyC Sports.

La firma del Fútbol para Todos.

Fuera de esta solitaria hipótesis optimista, me seguirá costando entender por qué motivos un Gobierno declarado en emergencia económica, en pleno reajuste de sueldos, subsidios y gastos públicos, atravesando una crisis económica mundial que le empieza a achicar las ganancias que tuvo en otros tiempos, se dispone a erogar semejante suma de dinero en algo que se encuentra muy lejos de ser prioritario.

Las pobres cualidades de nuestros gobernantes –políticos y deportivos- quedan expuestas ante los ojos de todos cuando la plata sustituye a las ideas. En vez de legislar democráticamente para que nadie sea “dueño” de nuestro deporte, se “compra” su propiedad y se gasta aún más dinero para poder maquillarlo con su decorado oficialista. Se lo expropia para decir fallidamente que, como los hijos y los nietos de desaparecidos en la dictadura, los goles y los autos han sido recuperados por esta gestión.