Y pa´qué quiero yo más?

Otra vuelta Boca...

Boca campeón, invicto, con la valla menos vencida en torneos cortos y con la mayor diferencia de puntos sobre sus seguidores. Qué más pedir? La verdad a veces uno peca de exigente, y otras tantas termina escuchando algunos que le buscan la quinta pata al gato. Pero ciertamente, este nuevo título de Boca tiene más cosas a favor que en contra. Y éstas últimas, casi no se relacionan con él.

Dicen que no brilló. Es verdad, no es el Barcelona ni tampoco intentó parecerlo –como alguna vez pretendió el Checho Batista imponerlo en la selección-, pero con sólo ver los 19 partidos disputados se cae de madura la supremacía impuesta desde el control del balón. Tuvo algunas falencias en la resolución de los ataques, varios goles errados, pero fue sobrio en defensa –incluída la valla- e inteligente en el mediocampo. Hasta aquí, su tarea la cumplió con creces.

Dicen que fue un torneo muy chato. Otra verdad, pero esto ya no le corresponde al campeón, no es su culpa, sino la de todos los que intentaron seguirlo. O Falcioni tiene injerencia en la poca efectividad de Racing? o en la falta de personalidad de Lanús? o en el mal de ausencias de Vélez o Estudiantes? Los 12 puntos de diferencia que el Xeneize le sacó a su cuarteto de seguidores no hacen más que reflejar la irregularidad de los demás; nada le opaca el brillo al trofeo obtenido.

Si quieren ver fiesta...

Con todos estos nuevos récords alcanzados, con una nueva estrella en el firmamento azul y oro, y con el histórico momento que hoy vive su eterno rival, Boca cierra magistralmente un año que había arrancado con muchos grises. Un año eleccionario, en el que los dirigentes muchas veces pusieron palos en las ruedas. Un año que deja prever otro cargado de ilusiones, con un plantel confiado, sin tantas presiones y reproches, y con un nuevo y viejo objetivo: la Copa Libertadores.