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| Intervención en Cablevisión. |
No puede este Gobierno asegurarme que habrá “papel para todos”. No puede por todo lo que hace día a día. El allanamiento -con la Gendarmería de por medio- de las oficinas de uno de sus peores enemigos, Cablevisión, confirma mi básica intuición. No puede darle un lado democrático a la distribución de la materia prima de los diarios
por toda la política mediática que viene mostrando: con un reparto excesivamente desigual de las pautas oficiales, con una programación oficialista paga, con un monopolio propio de medios en constante crecimiento –encabezado con el gratuito Tiempo Argentino, repartido en cada esquina- y con afiches amenazantes de sus juventudes hacia el gran diario argentino.
Por eso no puedo dejar de advertir mi estupor como periodista de lo que puede llegar a venir. De cómo trabajará Papel Prensa con sus nuevos expropiadores, a quienes decidirá venderle y a quienes no, cómo pretenderá obtener ganancias sabiendo que hoy sus principales compradores son sus mayores rivales, cuánto tardará Moreno en cerrar la importación del papel más económico para asegurarse la totalidad del negocio, etcétera. Ojalá no suceda esto, Dios quiera que este Gobierno, elegido democráticamente por la mayoría, administre “para todos” y no sólo para los que lo votaron.
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