Ya es tarde para lamentos. |
Pero en un ejemplo macro, nombremos por caso a un país, una empresa o un equipo de fútbol, la planificación debería ser una de las principales cuestiones a seguir, lejos de regirse por caprichos unipersonales. Sin embargo, y empezando por el deporte, los últimos resultados de nuestra selección de fútbol me demuestran que seguimos obviando contar con un verdadero proyecto.
Sumamos ya 18 años sin logros, desde aquella Copa América del Coco Basile y compañía. Y mientras tanto seguimos con el simple cambio de nombres, de posiciones, de ayudantes y consultores, de rivales, pero no de planificaciones. Nada parece cambiar aunque se busquen razones casuísticas o esotéricas; en el campo no aparecen los pingos aunque contemos con el plantel más caro del mundo y con el mejor jugador del mundo.
El horizonte pinta fulero en el advenimiento de las eliminatorias para Brasil 2014, con el crecimiento sustentado de las cenicientas sudamericanas, y con el resurgimiento de los grandes clásicos históricos de la región. Mientras, la Argentina intentará salir de esta sequía histórica lamentablemente sin tener en cuenta ningún plan a futuro. Y ahora, quién podrá ayudarnos?
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