"Hasta que su Gobierno nos separe" |
Allí radica nuestro nexo, no en desconfiar de sus atributos como persona y/o como político, sino en contextualizar la fuerza política para la cual encabeza una lista. Quiero decir que la culpa de la derrota no la tiene él sino sus jefes, los que lo enviaron al choque -según comentan- como castigo por su cálida relación con los medios monopólicos.
Sin ir más lejos, y tomando los fríos números que arrojó la reciente elección, se puede ver reflejado este parecer personal en la cantidad de personas que eligieron confiar sólo en el ex Secretario de Educación. Del 27,8% del total de los votos que cosechó, la mitad optó por cortar la boleta para separarlo de sus demás compañeros de lista, hecho que única y llamativamente ocurrió con su partido.
Daniel es un tipo que me cae bien, o mejor dicho no me cae mal. Al contrario, al leer algunas de sus declaraciones sobre temas diversos suelo elogiar su punto de vista y termino coincidiendo con sus ideas. Por eso no me tomó por sorpresa escucharle mezclar conceptos como "amor", "pluralidad", "unidad nacional" y "humildad" en su discurso post electoral, palabras proscrpitas por sus superiores.
Pero también admito que en algunos pocos casos le salta el "papista" y cae en la crispación e incoherencia que desde lo alto suelen inculcar. "Hay también un voto conservador de mantener las cosas como están porque están bien..." declaró a Clarín respecto al voto Pro, echando por tierra mi idea de que el mismo fue primeramente en contra del modelo nacional y luego a favor del único movimiento que hoy por hoy le puede arrebatar la sonrisa al Kirchnerismo. Y es allí donde Daniel y su coherencia se me alejan.
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