Se acabó. Ya ganó Uurugay, nuestro querido Obelisco se tiñó por varias horas sólo de color celeste, y nosotros, ya acostumbrados a los malos resultados, nos peleamos únicamente por saber quién sucederá a Batista. Mientras tanto, este humilde espacio repasa las buenas y las malas que nos regaló esta edición 2011.
Salud campeón: en primer lugar es obligado hacer un reconocimiento al justo ganador que supo adornar su estilo de "garra" sumándole concentración, orden y explosión en ofensiva para cosechar su décimo quinto título. Al nuevo monarca de estas Américas, salud!
Ni para las vacas: mucho mega estadio con techo corredizo, pantalla gigante flotante y demás virtudes primer mundistas, pero se olvidaron de lo más importante: del césped. El partido de Brasil y Paraguay fue su punto máximo, donde en la definición por penales la pelota tuvo vida propia, pero durante toda la copa el pasto del Estadio Único de La Plata no sirvió ni siquiera para alimentar al ganado. Quizás sí para usarlo de playa, porque lo que le sobraba era arena.
El despertar de las Cenicientas: aprovechando sus recursos y pinchando en las heridas a sus rivales, Perú y Venezuela nos sorprendieron no sólo con sus posiciones finales -3 y 4 respectivamente- sino también con sus estilos de juego. Afuera el pelotazo largo, adentro el fútbol con cerebro. En buena hora muchachos!
Cracks sin brillo: Ni Neymar, ni Sánchez ni Messi. Ninguno sobresalió en el torneo y ni siquiera en sus equipos. Media pila para estos muchachitos que, haciendo caso a la ley, la rompen en sus respectivos clubes pero en la selección y para este torneo no aportaron más que ráfagas.
Las chicas de la Copa: el efecto "Larissa" del último Mundial pegó fuerte por estos lados por lo cual durante todo el torneo pudimos ver diferentes féminas posando con poca y apretada ropa para captar la atención de las cámaras y, quien te dice, de algún productor de espectáculos. Muchas argentinas? No, las nuestras brillaron por su ausencia.
Chau Niembro: parece que Fernando Niembro no escarmienta porque una vez más quedó escrachado frente a las cámaras del mundo como el panqueque número 1. Que bancaba a Messi, que ya no, que Batista le encontró el lugar, que no sabe para qué lo puso, que el césped aguanta bárbaro, que parece que no tan bárbaro... Es la hora, chau Niembro!
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